El viaje a Iquitos se frustró. No fue el precio (500 pesos argentinos los dos. Con camarote y comidas durante dos noches y tres días es por demás de aceptable). Tampoco la falta de disposición de la empresa Gelmer por intermedio de uno de sus empleados Jimmy o de las chicas de administración que habían conseguido resolver el pago mediante tarjeta a pesar de no tener ellos habilitados tal servicio; ni nuestra falta de voluntad para el viaje. La causa fue que habíamos reservado un pequeño camarote del cual sólo requeríamos un mínimo baño, y esa condición no se pudo cumplir: el camarote era pequeñísimo con sólo dos camas cuchetas y lugar solo para bajarnos de ellas (lo cual hubiéramos tolerado), pero no tenía baño. Ello significaba que deberíamos compartir el uso de los sanitarios comunes con alrededor de 200 pasajeros. Por más de que creímos en la palabra del capitán de que la higiene eran continua en el viaje, pensamos que era imposible un uso adecuado habiendo tantos pasajeros. Hubiéramos resignado el camarote y dormido en las hamacas junto al resto del pasaje, pero la falta de baño nos acobardó. Sabemos que tenemos otra oportunidad para hacer esa experiencia y que se transformará en algo obligatorio para nosotros: será cuando llegados a Manaos desde Venezuela, tengamos sí o sí que hacer un viaje similar y de mayor duración. Decidimos esperar ese momento. Lo único que lamentamos es no conocer Iquitos, esa gran ciudad en medio de la selva. Pero como dice un amigo. Siempre hay que dejar algo sin hacer en un viaje así lo usamos como excusa para volver.
Yurimaguas tiene un inmenso futuro como terminal fluvial. Se está construyendo un ferrocarril hasta Iquitos y próximamente se hará un puerto mucho más grande que el precario que actualmente posee. Ello le permitirá enviar productos hasta el Atlántico por el sistema hídrico del Amazonas. Además, está unida al puerto de Paita mediante la Carretera Interoceánica Norte recientemente construida. Precisamente es ésa la ruta que recorrimos durante el 28 y 29 de julio. El paisaje de la misma es por demás de cambiante: rápidamente subimos a los 2200 msnm en lo que creímos significaba el abandono de la cuenca amazónica, pero luego continuamos a lo largo de más de 500 Km en un nivel de entre 600 y 1000 msnm viendo ríos que seguían volcando su caudal en esa cuenca.
Cuando faltaban poco más de 200 km (de los casi 1000 km de recorrido total), el camino comenzó a ascender rápidamente hasta los 2200 m para luego bajar y comenzar a volcar todas las aguas (en este caso son muy pocas) hacia la costa del Pacífico. En esa zona pudimos ver una gran obra de hidráulica. Es el Proyecto Olmos, prácticamente terminado, que consiste en generar el embalse del río Huancabamba que surte sus aguas al Atlántico, para derivarlas en parte, por simple aplicación de la ley de gravedad y sin bombeo de ninguna clase, a un exiguo arroyo que “riega” una desértica franja costera. Ello implicará sumar 38.000 has al cultivo. ¿Cómo se logró? Mediante la construcción de un túnel de 9 metros de diámetro y más de 19 Km!!! de extensión que perfora el macizo andino. El inconveniente que nos han contado respecto de este proyecto, radica en que la mayoría de las tierras aptas para producción, han sido adjudicadas a unas pocas empresas, lo cual ha significado un tremendo golpe para las ilusiones de pequeños y medianos campesinos que, -hasta ahora- se han visto relegados en sus aspiraciones.
La carretera está impecable en la mayoría de su extensión, plagada de curvas, bajadas y subidas a excepción del tramo Olmos – Paita. Esta última ciudad finca su importancia en ser un importante puerto y, además, poseer una gran flota pesquera. Se trata de una población mediana y por demás de pintoresca, con lugares muy agradables sobre la costa y playas interesantes como la de Colan, a 20 Km de la ciudad. Allí pasamos la noche del 29 de julio, celebrando nuestro primer mes de viaje con unos mariscos apanados y otros en cazuela.
Pasado mañana tenemos previsto ingresar al Ecuador.
¡Hasta entonces!
Las fotos de esta etapa están en la carpeta 13° de Yurimaguas al Puerto de Paita por la Carretera Interoceánica Norte.
Hola Sofía. Gracias por tu mensaje. Nosotros estamos bien. Comunicale a Raúl que me comprometo a ir a San Nicolás a nuestro regreso. Pasale la durección del Blog. Besos
Papi
Felicitaciones!!! además de todo, han sido artífices de un nuevo récord de caminos en altura!! Gracias por seguir deleitándonos Papi con tu relato y Zulma con las increíbles fotos!!!!
No me cabe duda que volverán a conocer esa bella ciudad de IQUITOS, justamente una amiga hace unos días me comentó que quería conocerla!!! dicen que su arquitectura es muy impactante y antigua…
No quiero dejar de comentarte pa, que recién llamó RAUL PORTA de San Nicolás, te deja saludos y quiere que vayas por allá a contarles de tu viaje, forma parte de un grupo llamado «amigos de la montaña» del Yaguarón.
una abrazo grande!!!
Hermosos paisajes! Aunque no se si me hubiera perdido de ese embarque por falta de baño privado, será que soy jóven todavía, o sigo siendo desprolija en esas situaciones, pero los entiendo, no los imagino durmiendo en esas camitas, no por «exquisites», sino que todavía no puedo descifrar quien hubiera ido arriba de las camas cucheta! jajaja
Gracias Gerardo por avisar. Ya arreglé ese detalle. Desde ahora estás designado corrector del blog, ja, ja. Un abrazo.
Carlos
OLA GRANDES AVENTUREROS, UN COMENTARIO ESPETACULAR DEL VIAJE, UNO SE SIENTA A LEERLO Y PARECE QUE VIAJA CON USTEDES, HA, SI PODES REVISA LA 13º CARPETA PORQUE NO HABIA SALIDO PIBLICADA, SIGAN DISFRUTANDO Y MUY BUENA SUERTE.-