Días 29, 30, 31, 32, 33 y 34: Fortaleza, Porto das Dunas, Morro Blanco, Canoa Quebrada, Sao Miguel do Gostoso, Tourinhos, Genipabu, Natal, Ponta Negra, Tibau do Sul y Praia da Pipa.

Como se darán cuenta por lo extenso del título, estamos atrasadísimos con el relato de nuestro viaje. No siempre conseguimos conexión adecuada para subir las fotos, y este tramo del noreste se está haciendo más lento por la multiplicidad de playas que no nos queremos perder. Para colmo, nos cuesta dejar algunos lugares de gran belleza, y entramos en el dilema de cumplir con el itinerario prefijado, o revolear la chancleta y que sea lo que Dios quiera con el tiempo que nos dimos.

Este tramo se refiere al transcurrido entre el martes 12 y hoy domingo 17 de agosto. Nos referiremos sucintamente a cada lugar.

Zulma frente al Arena Castelao en Fortaleza
Zulma frente al Arena Castelao en Fortaleza

Fortaleza: capital del estado de Ceará de más de 2 millones de habitantes, donde recorrimos su costanera con variedad de playas y servicios turísticos. Nos impresionó el estadio mundialista Arena Castelao y todas las obras viales que lo rodean. Nos gustó mucho el Centro Cultural Dragao del Mar, donde hay un Mueso de Arte Contemporánea, varias salas de cine, un planetario, una biblioteca, el Memorial de Cultura Cearense, una escuela de artes y varios emprendimientos más. Por la noche se transforma en un lugar de muchísima actividad que dura hasta altas horas de la noche.

En la costanera de Fortaleza
En la costanera de Fortaleza

Porto das Dunas: inmenso centro de diversiones acuáticas instalado sobre la costa a unos pocos kilómetros al sudeste de Fortaleza, con acceso a buenas playas. Especial para niños y adolescentes. Solo pasamos por el lugar sin detenernos, pues no encontramos zonas aptas para estacionar.

"El Laberinto": curiosas formaciones en Morro Blanco
«El Laberinto»: curiosas formaciones en Morro Blanco

Morro Blanco: a unos 5 km de Beberive y al sudeste de Fortaleza, se encuentra esta hermosa playa, con el valor agregado de contar con unos bellísimos acantilados, que al estar erosionados por el viento y el agua, conforman un laberinto natural con una paleta de tonos pasteles. Al bajar por esos acantilados y llegar a las playas, nos encontramos con vertientes naturales de agua limpia que caen sobre el mar, por lo que a nuestra incursión en el mar, le siguió la ducha de agua dulce.

Canoa Quebrada
Canoa Quebrada

Canoa Quebrada: uno de los lugares top del nordeste, con acantilados de la misma tonalidad que en Morro Blanco, lugar del que dista a más de 90 km al sudeste, amplísimas playas a las que se acceden por las distintas “bajadas” y unos inmensos piletones que se transforman en ideales para el baño cuando baja la marea. Mucha actividad de de parapentes, surf y los infaltables buggies. Muy interesante para pasar un día por lo menos.

Tourinhos
Tourinhos

Sao Miguel do Gostoso: estuvimos poco tiempo allí pues el día no estaba bueno y decidimos recorrer otros lugares. Nos pareció interesante, con una playa larguísima, muy ancha y 3 o 4 lugares de buen acceso para la Combi. No obstante ello, no la ubicamos en el podio de lo que hasta ahora hemos visto.

Tourinhos: a unos 10 km de Sao Miguel do Gostoso por camino de tierra. No tiene casi servicios turísticos, aunque sí la presencia de algunos pescadores. Es bastante amplia y con unas hermosas formaciones rocosas en un extremo. Si bien se trata de un lugar muy solitario. Es ideal para pasar un día.

Genipabú
Genipabú

Genipabú: a solo unos 15 km al noroeste de Natal, se encuentra esta bellísima playa, enmarcada por unas inmensas dunas en uno de sus costados, las cuales caen directamente sobre el agua. Muy intensa actividad de buggies para paseos sobre dunas y lagunas aledañas. También la sorpresa de ver camellos que se utilizan para paseos. Muchas barracas en la costa, aunque a precios demasiado altos. Buscar otros lugares un poco más alejados. Genipabú es uno de los mejores lugares por los que hemos pasado hasta ahora. Lo negativo: no hay lugares libres sobre la playa para estacionar, lo cual solucionamos con una buena estación de servicio en la entrada, la que si bien cierra de noche, tiene guardia de seguridad.

Puente de ingreso a Natal por el Noroeste
Puente de ingreso a Natal por el Noroeste

Natal: la capital del estado de Río Grande do Norte, con algo menos de un millón de habitantes, es por demás de impactante. Ya el ingreso desde el norte por el imponente puente Newton Navarro y la visión de una moderna ciudad levantada a orillas del mar, predispone favorablemente al visitante. Inmediatamente se ingresa a la avenida costera y al fuerte de los Reyes Magos, otrora destinado a proteger el río Potengi y la costa marítimas de los ataque de piratas.

La avenida costera, de cerca de 10 km de extensión, divide la ciudad en dos. Por debajo, las playas, los grandes hoteles y los centros turísticos de toda clase; por arriba el conglomerado urbano; en el medio, una serie de morros y dunas con profusa vegetación, que hacen de pintoresco e inmenso pulmón para toda la urbe.

No dejamos de visitar el bellísimo estadio mundialista Arena das Dunas.

Zulma frente al Arena das Dunas, en Natal
Zulma frente al Arena das Dunas, en Natal

Ponta Negra: está sobre el final de la ciudad hacia el sudeste ostentando al Morro do Careca como privilegiado mirador y con una concurridísima playa por debajo. Tiene aguas más limpias que las del centro y la mejor estructura turística. Se forman piletones con la marea baja.

Tibau do Sul: ya alejados de Natal y luego de recorrer playas todas por demás de interesantes, llegamos a este poblado en la desembocadura de la laguna Guarairas. Es un lugar muy adecuado para los que buscan pasar uno o más días frente al agua salobre de la laguna tranquila o sobre el mar con amplias olas. El estacionamiento es libre y hay locales de gastronomía que se presumen caros, por lo que se debería caminar un par de cuadras hasta el centro del poblado. El ambiente se ve como muy tranquilo, con servicio de balsas que cruzan la desembocadura de la laguna y no faltan los baños y duchadores que ofrecen los distintos restaurantes.

Una parte de la Praia da Pipa
Una parte de la Praia da Pipa

Pipa: accedimos a esta villa por un camino de 10 km viniendo desde Tibau do Sul. La ruta es escénica, pues parte de ella transcurre por la cresta de un acantilado de tonos rojizos, excelente balcón para el mar del nordeste. Sin dudas una buena forma de llegar al que quizás sea uno de los destinos más buscado en la región.

Primera recomendación para Pipa: aconsejamos no entrar al casco céntrico con casas rodantes, pues ello puede arruinarles el día. Las calles son muy estrechas, con autos por todos lados y muchas de ellas no tienen salida (ni tampoco cartel que lo advierta). Llegamos próximos al atardecer del sábado 16 de agosto y el entusiasmo por ver la playa nos depositó en un camino de estas características. Con el agravante de que sobre el final del mismo no había ninguna posibilidad de girar la Combi. Por un costado teníamos el veredón peatonal de madera, y del otro, decenas de bares y restaurantes con calificados turistas de todos los lugares del mundo que estaban preparándose para ver uno de los espectáculos más esperados de esta villa: la puesta del sol. Cuando advertimos la gravedad de nuestra situación y comenzamos a regresar, marcha atrás hacia donde habíamos venido, una ola de murmullos y luego de exclamaciones en distintos e ininteligibles idiomas manifestaba su desaprobación ante esos dos bárbaros argentinos que los estaban privando de la aludida “puesta de sol”. Zulma tuvo mejor suerte, pues a ella le tocó discutir con otro argentino, entendiendo claramente lo que éste le estaba expresando y que aquí no se puede reproducir. Por suerte para todos, ella iba debajo de nuestro carro casa y pudo convencer a una señora ocupante de una casa lindera, para que sacara un enrejado de la misma y así, ¡menos mal!, poder girar la Combi y salir de ese infierno que es la “puesta del sol” en Pipa.

Por esta callejuela sin retorno nos metimos con la Combi
Por esta callejuela sin retorno nos metimos con la Combi

Les diré que ya era casi de noche y estábamos exhaustos y aterrorizados sobre la Combi sin saber muy bien qué hacer. Estaba a punto de imponerse la postura de “Pipa no es para nosotros”, cuando se nos ocurrió preguntar a los choferes de una empresa de transportes sobre algún sitio seguro para pernoctar. Uno de ellos recordó de un camping cerca de la Praia del Amor y nos dijo que era de acceso fácil. Allá fuimos y encontramos la solución: un predio con frente al mar de unos 150 metros sobre los acantilados rojizos, buena sombra, todos los servicios, y…como si fuera poco… ¡un argentino de propietario del mismo!

La Combi junto a otras "primas mayores" en el Camping Praia do Amor
La Combi junto a otras «primas mayores» en el Camping Praia do Amor

Roberto se vino hace unos 40 años de la Argentina y probó suerte, primero en San Pablo donde le fue muy bien y luego, con una casa rodante en los años 80 se dedicó a recorrer, junto a su esposa brasileña, gran parte de este país, de Uruguay, Paraguay y la Argentina, hasta que conoció esta playa, de la que se enamoró y nunca más abandonó. Ahora es propietario del camping y está habilitando una hostería también en un lugar privilegiado. Terminamos la noche comiendo milanesa con papas fritas y demás agregados y tomando vino argentino con Roberto, de ese que guardamos para las ocasiones especiales. Disfrutamos de las hermosas instalaciones, aunque opinamos que se debe mejorar la calidad del servicio de internet.

Muy lejos había quedado el terror que nos provocaron los sofisticados turistas que contemplaban la “puesta del sol en Pipa” y nos fuimos a dormir con la promesa de recorrer esa hermosa playa al día siguiente.

Pipa tiene especiales atractivos que justifican la fama que ostenta. Está enclavado arriba y a los pies de unos acantilados rojizos con tonalidades cambiantes según la hora del día. Sus playas son muy extensas, aunque las que más se usan son las del centro de la ciudad. Están defendidas en casi toda su extensión por arrecifes que distan unos 200 metros de la costa, lo cual impide el ingreso de las altas olas. Ello a excepción de la Praia do Amor, donde decenas de surfistas se pasan varias horas del día a la espera de la ola mayor. El pueblo está totalmente dedicado a la actividad turística. Los sitios de gastronomía son famosos por la alta calidad de sus preparados, y gran parte de los locales de venta de artesanía, deslumbran con  productos de calidad de los mejores artesanos de la región. La hotelería no tiene la magnificencia de las grandes cadenas, pero se advierten emprendimientos de calidad. La Bahía dos Golfinhos, permite observar delfines en algunos momentos del día, y muchos turistas se lanzan al mar y nadan muy cerca de ellos. La flora es exuberante. En fin: un lugar con todo para disfrutar.

Me olvidaba: el Camping se llama Camping Praia do Amor. Con solo preguntar por él y su dueño Roberto, llegarán fácil. Ojo: para ello no se metan en las calles del centro.

Bueno, después de esta larga entrada, nos despedimos de ustedes.

No olviden ver las fotos en estos tres enlaces:

12 Fortaleza, Morro Blanco y Canoa Quebrada

13 Sao Miguel do Gostoso, Tourinhos y Genipabú

14 Natal hasta Pipa

HASTA LA PRÓXIMA!!!!

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