Días 22 y 23: Sigue la Ruta del Sol. Entrada a Quito.

Antes que nada, a cumplir con las promesas: ÉSTAS SON LAS FOTOS DE LA RUTA DEL SOL HASTA MANTA CORRESPONDIENTES A LA ENTRADA ANTERIOR.

El viernes 18 de febrero continuamos la Ruta del Sol hacia el norte. En verdad, ya no era una solución ininterrumpida de playas, todas con sus diferentes atractivos. En esta etapa, el camino se internaba varias veces en el continente y durante tramos más o menos largos, abandonábamos el mar y lo único que veíamos era selva, con sierras de poca altura y algunos poblados dedicados a la agricultura, industria maderera, algo de ganado vacuno y otras actividades menores. 

A mitad de camino cruzamos la línea del Ecuador. Como era una ruta poco habitual y nueva, sabíamos que no habría ninguna indicación, así que vigilábamos el GPS para controlar el punto exacto. Parecíamos dos niños mirando los datos del aparato, hasta que Zulma comenzó con la cuenta regresiva: 00 grado, 00 minuto, 30 segundos, 25, 19, 12, 8, 4, ¡Esperá! ¡Frená que es justo acá! Clavo los frenos en un lugar sin banquina con obreros trabajando, me bajo y uno de ellos me dice: ¡Tenga cuidado, cierre la puerta, no es allí, venga más acá, en la línea amarilla! Cuando me preparo para discutirle, veo que mi propio GPS me comienza a corregir la posición y me hace correr los tres metros que me separaban de la línea amarilla, hasta que quedo justo sobre ella: ¡Primera parte de la aventura cumplida!: cruzamos la línea equinoccial.

Con un pie . . .
. . . en cada hemisferio.

Por la tarde, llegamos al pueblito de Sua, que está muy cerca de Atacames, más importante y bullanguera ésta, que acapara toda la actividad nocturna. Pero en Sua contábamos con una bellísima playa, con muy poca ola que rompe bien cercana a la costa y por lo tanto no revuelve casi nada la arena. Todo lo que le queda al bañista por detrás de esa pequeña ola que atravesamos con un saltito, es una inmensa piscina de aguas serenas y tibias que te cubren hasta el pecho. Por supuesto que ese detalle, la tranquilidad del lugar, el permiso policial y una par de barcitos que nos vendían mojito cubano, margarita y la popular caipirinha; hicieron que nos quedáramos a pasar la noche.

Al día siguiente –sábado 18 de febrero-, llegamos hasta Esmeralda (donde no entramos) y comenzamos a tomar rumbo sudeste hasta Quito. Las rutas ecuatorianas están siendo todas construidas o reparadas en los últimos años. Esto significa que uno va alternando magníficos caminos o autopistas recién terminados, con tramos viejos que se están reconstruyendo. Ello hace que el viaje sea bastante trabado, a lo que hay que sumarle los lomos de burro en los pueblitos y los vendedores de frutas, alimentos y bebidas, que ofrecen con variado éxito a los viajantes.

Entramos a Quito lo suficientemente temprano como para poder conseguir un hotel y disponer de dos días sin manejar, los que utilizaríamos en recorrer lo máximo posible esa ciudad, pero… comenzamos a entusiasmarnos con el casco histórico, a sacar fotos, a meternos en el caos del tránsito por callejuelas estrechas, y cuando comenzamos a preocuparnos porque era de noche y no veíamos hoteles por esa zona y estábamos en medio de una urbe de 9 millones de habitantes sin tener idea de dónde ir, optamos por la clásica: estación de servicio, propina al playero, fideos y a la cucha.

Playa de Sua

Quito es quizás la ciudad de América que mejor conserva su patrimonio histórico, cultural y arquitectónico. Está construida a más de 2500 msnm, entre medio de cerros y volcanes de entre 5 y 6 mil metros de altura. Hacer una visita en serio a la capital de Ecuador, significaría por lo menos 3 días completos con excursiones programadas. No estaba a nuestro alcance eso pues no disponemos de tanto tiempo, habida cuenta del objetivo que nos hemos prefijado. Por ello, decidimos recorrer al día siguiente todo el centro histórico a pie (eso nos llevaría la mañana), y subiríamos al teleférico cerca del mediodía, para tener una panorámica del lugar. A media tarde seguiremos camino hasta un pueblo cercano a la frontera con Colombia.

Pero eso será ya parte de otra historia.

Acá pueden ver las fotos de este tramo.

6 comentarios en “Días 22 y 23: Sigue la Ruta del Sol. Entrada a Quito.”

  1. Muy buenas fotos ,realmente las disfrutamos y nos alegramos que todo vaya saliendo como lo tenian planeado .Saludos

  2. Hola Carlitos: fantásticos nos vemos cuando nos sacamos una foto en que sonreímos para ella, pero en el fondo estamos hechos «percha», cansados de tanto trajín y ya no soportando vernos la cara las 24 horas del día. Ja, ja!!! Gracias por acompañarnos Carlos. En realidad estamos como nos ves: como nenes con chiche nuevo cumpliendo este sueño de muchos años. Aunque cansar, algo cansa te diremos.
    Te mandamos un fuerte abrazo.
    Zulma y Carlos

  3. Ehhh!! Pulpo, no podés ser tan cruel con ese comentario, Je, je. Vos sabes que yo quiero a San Pedro, mi pueblo natal. Hablando de todo un poco: te estoy usando la gorra que me diste para hacerte propaganda. Considerando el éxito que tiene esta página y la cantidad de gente que vio la gorra por toda América, me parece que a la vuelta vamos a tener que hablar de «números». Andá preparando el bolsillo pues esta propaganda se ha transformado en algo muy caro. Ja, Ja,
    SALUDOS A TODOS LO VAGOS QUE LOS EXTRAÑO MUCHO. A LA VUELTA LES PAGO UN ASADO.
    Carlos

  4. hola carlos aca dicen los vagos que te postules para intendente ahi en san pedro almejor te votan mas que aca jajajaja saludos suerte

  5. Se ven fantasticos es una inmensa alegria ver que lo estan pasando muy bien desde la distancia les mandamos un gran abrazo

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